Historia de la Psiconeuroinmunología

A medida que pasa el tiempo, la investigación científica se hace cada vez más sofisticada, pero fue hace más de tres siglos, en 1680, cuando el médico de Transilvania Papai Pariz Ferenc repitió lo que había dicho Aristóteles, y anunció el advenimiento de la psiconeuroinmunología al decir que, "Cuando las partes del cuerpo y sus humores no se encuentran en armonía, entonces la mente se desequilibra, produciendo melancolía, pero así mismo, una mente tranquila y feliz hace que el todo el cuerpo sea saludable".1 La ciencia moderna explica en detalle lo que este médico visionario dijo hace varios siglos.

Se ha establecido claramente que existe una relación entre el cuerpo y la mente, o dicho en términos más concretos, entre el sistema inmunológico y la psique, aunque esta relación, a medida que profundizamos nuestro conocimiento de la misma a través de estudios, ha ido cambiando, haciéndola más rica en contenido y amplia en su alcance. Roger Booth y Kevin Ashbridge recientemente dijeron, "Existe la necesidad de revalorizar y quizá redefinir los conceptos, símbolos, y lenguaje de la inmunología y la psicología de tal forma que se permita que las relaciones entre los procesos inmunológicos y psicológicos sean expresadas en términos de una perspectiva teleológica coherente. Para comprender las relaciones psicoinmunológicas, debemos estar dispuestos a modificar algunas de nuestras ideas preconcebidas acerca de la naturaleza de nuestro sistema inmunológico y de nuestra psique".2

La medicina psicosomática precontemporánea, que se remonta a finales de la década de 1930 y comienzos de la de 1940, se encontraba por delante de la inmunología precontemporánea. Uno de los pioneros fue Franz Alexander, quien a comienzos de la década de 1940 expresó que la patología psicosomática era el resultado de concomitantes fisiológicos de emociones conscientes o reprimidas.

Un enorme avance fue el realizado por Hans Selye, cuando expresó en la década de 1940 que el estrés ("tensión" o "distrés") estaba interrumpiendo el balance fisiológico interno llamado homeostasis. Si la persona tiene una respuesta positiva o adaptacional a este estrés, entonces se transforma en crecimiento fisiológico ("eustrés" o estrés bueno). Si la persona no responde positivamente, se transforma en un cambio de salud negativo. Por lo tanto, mientras mayor sea el estrés y más negativa sea la respuesta de la persona que experimenta el estrés, mayor es el daño a la salud.

La forma en que la gente lidia o se las arregla ante situaciones de estrés, se transformó en un importante factor en los estudios de la medicina de mente/cuerpo. Las personas competitivas, hostiles, que usualmente corren contra el tiempo son generalmente asociados a enfermedades de las arterias coronarias, y han sido llamadas patrón de lidiar "Tipo A". También, las personas con la enfermedad autoinmune artritis reumatoide mostraron una mayor docilidad, dificultad en expresar la ira, sensibilidad con la ira de los demás, tendencia conservadora, y autosacrificio, así como ser más ansiosas y deprimidas.3 En comparación, los hermanos de estas personas, que no tenían artritis reumatoide, tenían características de comportamiento más saludables.

La investigación realizada en psiconeuroinmunología ha avanzado enormemente en los últimos años, especialmente en la década de 1990, en varias instituciones de investigación médica de universidades. Este trabajo generalmente es realizado por médicos y psicólogos, una alianza inusual de antiguos competidores. Uno de los principales promotores en este campo fue Norman Cousins, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), pese a que nunca se graduó como médico. Recibió el único título honorario de doctor en medicina que haya dado la Universidad de Yale. Vio como su misión profesional sanar a la profesión médica, y eso fue lo que hizo al entrenar a estudiantes de medicina y médicos para que fueran más humanos, empáticos en la práctica de su profesión. Su tarea no fue fácil, pero fue enormemente elogiado por su trabajo.4


Casos en los que las emociones afectan la salud del cuerpo


Un caso importante de somatización, la que ocurre cuando el cuerpo expresa físicamente lo que no ha expresado emocionalmente, es cuando las mujeres reprimen su ira debido a su condicionamiento social. Esta somatización puede resultar en una gran variedad de alteraciones a la salud física, como migrañas (jaquecas crónicas), dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, obesidad, abuso de substancias (alcohol y drogas), problemas coronarios, y otros. Con respecto a los sentimientos, puede producir una baja en la autoestima (amor propio), así como depresión, menosprecio de sí mismo, duda de sí mismo, pérdida del poder como individuo, vacío interno, culpabilidad, y odio de sí mismo. Las mujeres que reprimen su ira también interfieren con la forma en que se relacionan con otras personas, creando problemas de relaciones, roles de afiliación, problemas en el trabajo, violencia con personas de su mismo nivel, y abuso y/o violencia en el hogar.

La ira de las mujeres

Patricia Munhall, ARNP, en su estudio, "Women’s Anger and its Meanings: A Phenomenological Perspective" (La ira de las mujeres y sus significados: Una perspectiva fenomenológica), señala que, "Después de recolectar descripciones empíricas y ‘transformarme en la pregunta’, he llegado a comprender que la cualidad más importante de la experiencia de la ira de las mujeres es que si esta ira no se reconoce, se le deja en el silencio y es transformada en algo más ‘aceptable’, y esa condición aceptable es la que se trata. En otras palabras, la experiencia es comúnmente la transformación de la ira de las mujeres en una patología socialmente aceptable. Las implicaciones son peligrosas. En lenguaje concreto,

1. la ira no reconocida enferma a las mujeres,
2. la ira es transformada en una condición aceptable,
3. la condición aceptable es tratada,
4. la ira no ha sido solucionada,
5. la condición aceptable retorna

Munhall recomienda liberar esa ira con una persona que dé seguridad, y agrega que esa persona es un profesional al cuidado de la salud mental, es decir, un psicólogo. En cuanto a la expresión de la ira, ella considera que "la expresión oral con emoción es esencial. La expresión de la ira en forma ruidosa, parece descargar energía tóxica".

Ratones agresivos

Un estudio que se realizó con ratones está de alguna forma relacionado con el anterior. La idea era crear genéticamente dos grupos de ratones con características de comportamiento típicas. Uno de los grupos de ratones tenía agresión inducida por el aislamiento, pero parecían estar inhibidos socialmente (NC100). El otro grupo estaba compuesto de ratones agresivos (NC900). El estudio fue realizado por un grupo de seis investigadores y publicado en la revista Neuropsychopharmacology (Neuropsicofarmacología), y mostró que, "Estos resultados demuestran que la crianza selectiva para obtener diferencias genéticas en comportamiento social resultó en diferencias marcadas en la susceptibilidad a tumores y en la actividad de las células asesinas naturales (NK) entre las líneas de ratones NC100 y NC900. Consistente con la hipótesis que la línea socialmente inhibida (NC100) sería más vulnerable al desarrollo de tumores, todos los ratones NC100 examinados desarrollaron tumores, comparados con sólo un 44% de los ratones agresivos (NC900). El tamaño de los tumores entre los ratones NC100 era mayor que el de los NC900. Un 30% de los ratones NC100 tenía tumores que pesaban más de tres gramos, mientras que ningún ratón de la línea NC900 desarrolló un tumor de este tamaño". 7

El estudio previo muestra los efectos negativos de la represión de nuestras emociones en la salud física, similar a lo que mostraba el estudio de la ira de las mujeres.


Las mujeres y el cáncer


Un estudio realizado sobre cáncer y psiconeuroinmunología en Escocia con 157 mujeres llegó a la conclusión de que, "Fundamentalmente, el cáncer es la falla de los mecanismos de control del crecimiento normal. Al fomentar un sentido de control, las intervenciones psicológicas pueden, sin lugar a dudas, reducir el estrés, reducir la morbididad psiquiátrica, y aumentar la calidad de vida". 8

La relación entre el cerebro y el sistema inmunológico fue claramente explicado al señalar que, "Es bien sabido que el cerebro puede influenciar el sistema inmunológico por medio del eje pituitario hipotalámico, el sistema neuroendocrino (neuropéptidos), el sistema nervioso autónomo (órganos linfoides), y la descarga de citoquinas". 9


Técnicas psicológicas


Hay varias técnicas psicológicas usadas para aumentar la fortaleza del sistema inmunológico. Estas técnicas dan resultados concretos cuando se usan adecuadamente, por lo que los autores explican que, "Varias intervenciones psicológicas, como la hipnosis, el entrenamiento en relajación, y la imaginería han, en algunos estudios, invertido o atenuado los efectos del estrés en voluntarios normales. En un estudio controlado, Kiecolt-Glaser et al encontraron que técnicas especiales de relajación usadas por más de 4 semanas aumentaron la actividad de las células asesinas naturales (NK) y disminuyeron la concentración de anticuerpos circulantes al virus del herpes simple en residentes geriátricos que vivían en centros independientes". 10

La investigación realizada en psiconeuroinmunología es relativamente nueva, pese a que un grupo de pioneros ha estado trabajando en ella durante varias décadas. En general, este tipo de investigación ha sido ignorado por la mayoría de las escuelas de medicina y universidades, que es en donde generalmente se lleva a cabo la mayoría de este tipo de investigaciones. Susan Bauer, RN (enfermera universitaria), en un estudio publicado en el Journal of Advanced Nursing (Revista de Enfermería Avanzada), titulado "Psychoneuroimmunology and cancer: an integrated review" (Psiconeuroinmunología y cáncer: una revisión integrada), expresa que, "La efectividad de las intervenciones psicoconductuales para fortalecer la función inmunológica y la sobrevivencia general en pacientes de cáncer ha sido demostrada, pese a que se han llevado a cabo un número relativamente pequeño de estudios. Pese a que estos estudios son pocos en número y tienen fallas en su metodología, son esperanzadores en cuanto al aumento de estudios a realizarse en inmunología conductual e investigación en cáncer". 11


Efectos a largo plazo del estrés


En cuanto a los efectos más duraderos del estrés, ¿por cuánto tiempo se ve afectada una persona después que el distrés se ha terminado? Por bastante tiempo, según estudios realizados por Janice Kiecolt-Glaser, Ph.D., y Ronald Glaser, M.D. de Ohio State University. Según un informe publicado en el Journal of the National Cancer Institute (Revista del Instituto Nacional del Cáncer), el equipo de investigadores, "estudió los sistemas inmunológicos de personas que ayudaban a seres queridos que tenían la enfermedad de Alzheimer. El estrés de cuidar a un paciente de Alzheimer causó una depresión en el sistema inmunológico de quien proporcionó el cuidado, hasta dos años después que el paciente había muerto". 12 En la misma publicación se informó que, "Un estudio realizado por el médico David Spiegel de Stanford University, California, mostró que las mujeres con cáncer de mama con metástasis que participaron en grupos de apoyo, vivieron casi el doble de tiempo más que otro grupo de mujeres con las mismas condiciones médicas que no participaron en estos grupos de apoyo". 13

Psicoterapia y sobrevivencia

La sobrevivencia de los pacientes de cáncer se ha visto que está conectada a varias actividades, siendo una de ellas la psicoterapia. Adriaan Visser y Karl Goodkin escriben en la revista Patient Education and Counseling (Educación y Terapia del Paciente), que "Existe evidencia que la psicoterapia puede prolongar la sobrevivencia en algunos tipos de cáncer. La prolongación de la sobrevivencia puede estar relacionada, en parte, a un aumento de algunas mediciones de funciones inmunes (por ejemplo, actividad de las células asesinas naturales). Esto es factible debido a que la función del sistema inmunológico parece estar relacionada al crecimiento de tumores mamarios". 14

Factores psicosociales y enfermedades periodontales

El cáncer parece ser una de las enfermedades principales en el estudio de la psiconeuroinmunología, pero sin duda que no es la única. Un estudio llevado a cabo por Monteiro da Silva, Newman, y Oakley en Londres, y publicado en el Journal of Clinical Periodontology (Revista de Periodontología Clínica), revela una posible relación entre las condiciones psicosociales y las enfermedades periodontales inflamatorias. Los autores expresan que, "Al revisar la literatura relacionada con el posible rol de los factores psicosociales en la etiología de las enfermedades periodontales inflamatorias, puede concluirse que hay evidencia sólida que sugiere claramente que el estrés emocional es uno de las factores que predisponen a la gingivitis ulcerativa necrotizante aguda (acute necrotizing ulcerative gingivitis - ANUG)". 15


Psoriasis y estrés


La dermatología es otra especialidad en la medicina que está poniéndole atención a la psiconeuroinmunología. Una de las enfermedades a la que se le dedica más atención es la psoriasis, sin ser la única. Otras son urticaria, prurito, alopecia circunscrita, acné común, y eccema, y en todas se considera, según lo que muestran los estudios, que tienen fuertes causas psicogénicas.

La psoriasis es una enfermedad común de la piel, crónica e inflamatoria caracterizada por parches escamosos, y uno de sus principales investigadores es el médico Eugene Farber, del Psoriasis Research Institute (Instituto de Investigación de la Psoriasis) en Palo Alto, California. El Dr. Farber ha propuesto, "Un rol para los neuropéptidos como mediadores de inflamación neurogénica, y estableció la hipótesis de que la liberación de la substancia P y otros neuropéptidos de las fibras nerviosas sensoriales de la piel causan respuestas inflamatorias locales, las que producen lesiones psoriásicas". 16

En un estudio conducido por el Dr. Eugene Farber con Lexie Nall, Ph.D., reportaron que, "El estrés que ocurre por ansiedad, depresión, problemas maritales o financieros, o experiencias ‘cercanas a la muerte’ ha sido identificado como un factor activador en la presencia o agravamiento de la psoriasis en un 33%, 39%, y 42% de pacientes en estudios combinados que involucraron a más de 6,300 pacientes". 17 Farber y Nall agregaron que, "Pese a que ya se sabe que el estrés puede activar la presencia o agravamiento de la psoriasis, aún no se conoce el mecanismo exacto que la produce". 18

En cuanto a reducir el estrés que produce una reacción en cadena negativa desde la psicología a la neurología y a la inmunología del individuo, hay varias recomendaciones. Los principales consejos se refieren a una dieta saludable; ejercicio (incluyendo Yoga, Tai Chi, movimiento expresivo, así como otras prácticas similares), el cual debe regularse según la edad y el estado general de salud de cada persona; Reiki; Rolfing; Rosen; Watsu; kinesiología; reflexología; acupuntura; hipnosis; técnicas de relajación como la meditación; el masaje en sus varias formas; quiropráctica network; imaginería (visualizaciones guiadas); ‘breathwork’ (respiración catártica); hipnoterapia; psicoterapia individual y en grupo, así como grupos de apoyo mutuo.


Las necesidades de los pacientes hospitalizados


Muchos estudios han mostrado que la actitud de los pacientes es un factor importante que afecta el resultado del tratamiento de una determinada enfermedad. Uno de los factores que afectan el estado mental de un paciente en un hospital, es el trato que recibe del personal hospitalario. Un estudio que seis investigadores llevaron a cabo en Inglaterra, mostró que dependiendo de la forma en que el personal hospitalario trataba a los pacientes, hizo que los pacientes sintieran que sus necesidades eran satisfechas o no. En relación al grupo de pacientes de cáncer estudiados, se concluyó que, "Pese a que la mayoría de los pacientes eran capaces de describir una situación en que el personal satisfacía sus necesidades, un 23% también describió una situación en donde esto no ocurría. Estos últimos incidentes generalmente se relacionaban con ansiedad, confusión, y un deseo de terminar su relación con el hospital. Los pacientes que reportaron que sus necesidades no eran satisfechas, solicitaron compartir más tiempo con el personal hospitalario y tener más información acerca de su diagnóstico y tratamiento". 19


Relaciones interpersonales y el sistema inmunológico


Las relaciones interpersonales también afectan al sistema inmunológico. Janice Kiecolt-Glaser y otros seis investigadores llevaron a cabo un estudio de 90 parejas de recién casados admitidos a una unidad de investigación de un hospital durante 24 horas. Los sujetos que mostraron más negatividad o comportamiento hostil durante una discusión de problemas maritales experimentaron un debilitamiento de su sistema inmunológico, mientras que aquellos sujetos que eran relativamente poco negativos mantuvieron su sistema inmunológico bastante más fuerte. Además, "La discusión de problemas maritales también produjo un aumento significativo de la presión sanguínea, la que se mantuvo elevada por más tiempo en los sujetos de alta negatividad que en los de baja negatividad". Y los investigadores luego agregan que, "Esta información proporciona una confirmación adicional al nexo entre las relaciones interpersonales y la función inmunológica". 20


La personalidad del paciente con cáncer


Varios investigadores han informado haber visto similaridades en la personalidad de los pacientes con cáncer. Susan Moss en su libro, "Keep Your Breasts!" (Mantén Tus Pechos), señala que, "el Dr. O. Carl Simonton, quien se sanó de cáncer a los diecisiete años de edad y ha trabajado con pacientes con cáncer por décadas, ha notado las siguientes características que forman el perfil de ‘la personalidad del paciente con cáncer’:
1. Una gran tendencia a guardar el resentimiento y una gran inhabilidad para perdonar.
2. Una tendencia a sentir lástima por sí mismo.
3. Una baja habilidad a desarrollar y mantener relaciones significativas a largo plazo.
4. Una visión de sí mismo muy negativa". 21

El Dr. Simonton considera que el factor fundamental en este tipo de personalidad es un "rechazo básico" hacia sí mismo y los demás.


Humor y el sistema inmunológico


Una de las formas más agradables de reducir el estrés y fortalecer el sistema inmunológico es usar el humor en sus varias formas. Norman Cousins, un destacado investigador en el campo de la psiconeuroinmunología que trabajó por muchos años en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), investigó la relación entre el humor y el sistema inmunológico, y fundó el Equipo de Trabajo para la Investigación del Humor (Humor Research Task Force). La enfermera universitaria Patty Wooten, RN, escribe que, "La risa estimula el sistema inmunológico, compensando el efecto inmunológico inhibidor del estrés". 22


El enfoque holístico de la sanación


Lo que la investigación nos muestra es que el ser humano es una unidad, un todo. La especialización de la medicina, y la separación de las profesiones que se relacionan con la salud del ser humano han entregado muchos avances en las profesiones de la salud, sin embargo, estas divisiones ya no tienen tanto sentido, como lo pudieron haber tenido hace unas décadas. El camino que la investigación científica está señalando es de unidad, de integración. A medida que nos preparamos para comenzar un nuevo milenio, un nuevo enfoque hacia la medicina y la psicología está acercando estas disciplinas entre sí, para que podamos trabajar de una forma integral por una vida más saludable en los cuatro niveles de la expresión humana: físico, mental, emocional, y espiritual.


REFERENCIAS

1. Ferenc, P.P. About the Peace of the Spirit. Kolozsvar, Transilvania, 1680.

2. Booth, R.J. & Ashbridge, K.R. A fresh look at the relationship between the psyche and immune system: teleological coherence and harmony of purpose. Advances, 9:4-23, 1993.

3. Alexander, F. & French, T.M. Studies in Psychosomatic Medicine. An Approach to the Treatment of Vegetative Disturbances. Ronald Press. New York, 1948.

4. Solomon, G.F. Norman Cousins: healer of the medical profession. Advances 7:67-69, 1991.

5, 6. Munhall, P. Women’s anger and its meanings: a phenomenological perspective. Health Care for Women International, 14:481-91, 1993.

7. Petitto, J.M.; Lysle, D.T.; Gariepy, J.L.; Clubb, P.H.; Cairns, R.B.; Lewis, M.H. Genetic differences in social behavior: relation to natural cell function and susceptibility to tumor development. Neuropsychopharmacology, 8:35-43, 1993.

8, 9, 10. Walker, L.G.; Eremin, O. Psychoneuroimmunology: a new fad or the fifth cancer treatment modality? The American Journal of Surgery. 170:2-4, 1995.

11. Bauer, S.M. Psychoneuroimmunology and cancer: an integrated review. Journal of Advanced Nursing, 19:1114-20, 1994.

12, 13. Flach, J.; Seachrist, L. Mind-body meld may boost immunity. Journal of the National Cancer Institute, 86:256-8, 1994.

14. Visser, A.; Goodkin, K. Current perspective on cancer education and counseling. Patient Education and Counseling, 28:115-119, 1996.

15. Monteiro da Silva, A.M.; Newman, H.N.; Oakley, D.A. Psychosocial factors in inflammatory periodontal diseases. Journal of Clinical Periodontology, 22:516-526, 1995.

16. Farber, E.M. Psychoneuroimmunology and dermatology. International Journal of Dermatology, 32:93-4, 1993.

17, 18. Farber, E.M.; Nall, L. Psoriasis: a stress-related disease. Cutis, 51:322-6, 1993.

19. Kent, G.; Wills, G.; Faulkner, A.; Parry, G.; Whipp, M.; Coleman, R. Patient reactions to met and unmet psychological need: a critical incident analysis. Patient Education and Counseling, 28:187-190, 1996.

20. Kiecolt-Glaser, J.K.; Malarkey, W.B.; Chee, M.A.; Newton, T.; Cacioppo, J.T.; Mao, H.Y.; Glaser, R. Negative behavior during marital conflict is associated with immunological down-regulation. Psychosomatic Medicine, 55:395-409, 1993.

21. Moss, Susan. Keep Your Breasts, Re:Source Publications, p. 255, 1992.

22. Wooten, P. Humor: an antidote for stress. Holistic Nursing Practice, 10:49-56, 1996.